La soja o soya (como nosotros la conocemos) es una especie de la familia de las leguminosas cultivada por sus semillas, de medio contenido en aceite y alto en proteína. El grano de soja y sus subproductos (aceite y harina de soja, principalmente) se utilizan en la alimentación humana y del ganado.
Esta especie es originaria de China y su nombre (soy) proviene del Japón. Se comercializa en todo el mundo, debido a sus múltiples usos.
El cultivo de soja es un factor muy valioso si se efectúa en el marco de un cultivo por rotación estacional, ya que fija el nitrógeno en los suelos, agotados tras haberse practicado otros cultivos intensivos. En cambio, el monocultivo de soja, acarrea desequilibrios ecológicos y económicos si se mantiene prolongadamente y en grandes extensiones.
En 1995 aproximadamente, hace su aparición (sobre todo en Argentina) una variedad de soja denominada transgénica. La soja transgénica es, por definición, agroquímico-dependiente. Se sostiene su desarrollo con cantidades cada vez mayores de venenos, herbicidas e insecticidas, provocando efectos devastadores sobre el medio ambiente y alteraciones en la salud.
Esta propiedad, su transgenicidad, lograda a través de la inclusión en la semilla de la soja, por ingeniería genética, de un gen derivado de la caléndula, la hace resistente al glifosato, un herbicida de alta potencia. Es un veneno para hierbas y plantas, mata la mayor parte de las especies, incluyendo a la soja no transgénica. Suprime todas las malezas que compiten por los nutrientes del suelo.
De esta manera cuando se aplica glifosato, no se destruye la soja transgénica y se controlan así las malezas que dificultan el crecimiento de la soja sin ser necesario mayores laboreos, ni gastos en maquinaria, combustible, poco personal, etc.
Los productores adoptaron la soja transgénica porque su cultivo es más barato y les deja más ganancias con cuidados mínimos.
La producción de soja transgénica extendió las fronteras de la agricultura arrinconando a la ganadería y la lechería, amenazando de extinción otros cultivos como el algodón, la papa, el maíz o la caña y llevando a la deforestación a zonas de montes y selvas vírgenes, desencadenando cambios irreversibles en los campos, en el ecosistema y la reserva natural.
Fuente: Revista Acción, buena siembra.com, transgénicos soja.
Creo que deberías informarte mejor sobre qué son los transgénicos, qué propiedades aporta cada uno de ellos no todos introducen las mismas mejoras) y cómo pueden mejorar la vida de millones de personas. Sinceramente, me da la impresión de que has hablado ignorando completamente los fundamentos de la transgénesis y que te has informado mal y parcialmente sobre ella.
ResponderEliminarEl ser humano siempre ha temido a lo desconocido, y este es uno de los principales problemas que está encontrando la transgénesis para su aprobación: La ignorancia de la población general. Sin embargo, lejos de aportar problemas, la mejora transgénica presenta grandes beneficios, sobre todo en el cultivo de diversas especies vegetales.
En este caso, por ejemplo, la resistencia a glifosato ayuda a:
- utilizar menores cantidades de herbicidas, lo que implica una menor contaminación de la tierra de cultivo y, en consecuencia, de los posibles acuíferos subterráneos. Además, la reducción del uso de productos químicos supone una reducción del coste de producción para el agricultor.
- obtener una mayor producción a un menor coste, lo que representa una mayor ganancia para los agricultores.
Además, el desarrollo de la planta no está sujeto a la utilización de herbicidas (como tú indicas), los herbicidas simplemente matarían a las plantas "parásito" del cultivo, cosa que de hecho, se intenta hacer siempre, estemos hablando de cultivos transgénicos o no.
Dicho esto, creo que queda claro que los "efectos devastadores sobre el medio ambiente y la salud" de los que hablas, serían más acentuados en cultivos no-transgénicos, ya que emplearían mayores cantidades de herbicidas.
Por último, aclarar que no son los cultivos transgénicos los que "arrinconan a la ganadería y a la lechería" ni "amenazan a la extinción" de otros cultivos. La gente se dedica a lo que le da dinero, y muchas veces la agricultura y la ganadería se encuentran infravaloradas. Sin embargo, no se deben mezclar las dos cosas, ya que se trata de temas completamente diferentes. Aunque no existieran los cultivos transgénicos, ni la agricultura ni la ganadería darían los beneficios que deben, por lo que la gente abandonaría todavía más si cabe, estos oficios.