¡Amigos! Reciban un saludo afectuoso y un gran abrazo. Si algunos van a descansar en estos días de muertos, deseo que lo disfruten al máximo.
Saliéndome de la temática a seguir en este mes “macabro”, quiero compartirles algo realmente grandioso, algo que definitivamente no podía esperar.
Hace poco recibí un correo (el cual agradezco infinitamente) con una presentación en donde venían fragmentos de un libro ¡Excelente! ¡Magnífico! ¡Maravilloso! que leí hace mucho tiempo y que si realmente me considero amiga de muchos de Uds., me siento con el compromiso moral de compartirlo; porque justamente ahora, en estos tiempos cruciales, es cuando más necesitamos de elementos para reforzar nuestra actitud ante la vida, que en algunos casos, no ha sido la mejor.
Estas reflexiones al menos nos dan la posibilidad de reconsiderar sobre algunos aspectos que no nos han permitido vivir esta vida como lo merecemos… ¡Vivirla plenamente! No importa que suene como una utopía. Los invito a saborear este rico manjar y ojalá sea de alguna ayuda. LO PEOR ES NO INTENTARLO.
El Don de la Estrella – Og Mandino y Buddy Kaye
“La vida de cada hombre es un cuento de hadas…
escrito por la mano de Dios”
Hans Christian Andersen
Og Mandino nos habla del poder que se nos otorgó a los que tenemos la fortuna de vivir en este planeta.
A la gente se le ha dado un poder especial… la facultad de elegir. Solamente aquí, somos capaces de gobernar nuestro propio destino mediante las decisiones que tomemos.
Aquí se nos permite pensar en lo que queramos, decir lo que nos parezca, ponernos lo que más nos guste, comer lo que cada quien prefiera… incluso trabajar o jugar, según les plazca. Aquí, nosotros tenemos libertad de ser amables u odiosos, valientes o cobardes, ricos o pobres, perezosos o trabajadores, pecadores o santos… y desde luego, de sufrir las consecuencias o recibir el premio a nuestras acciones.
Todo... todo… está en nuestras manos, gracias a la facultad de elegir, que hemos recibido al nacer. ¡Nadie ha nacido en este planeta sin ese poder de decisión!
Algunos tienden a ver siempre el lado negro de las cosas; toda compasión por sí mismos les parece poca.
Otros saben sonreír a los acontecimientos, son capaces de sacar optimismo del infortunio.
En este marco, los primeros suelen rendirse pronto y resignarse ante los problemas, mientras que los demás interpretan las malas épocas como periodos de aprendizaje que, desde el dolor, pueden llevarlos a ser más objetivos, más maduros y desde luego, más humanos.
La mayoría desperdicia su precioso patrimonio -que es la vida- compadeciéndose a sí mismos y hundiéndose en fracasos y disculpas vanas, que no tienen tiempo para disfrutar del paraíso que ha sido creado aquí, en este planeta.
Lamento decirlo, pero los humanos no sabemos vivir. Lo único que somos capaces de hacer bien, es morir… un poco cada día.
Estas reflexiones no servirán de nada si no estamos dispuestos a hacer un esfuerzo por cambiar. Una vida debe cambiar desde adentro, para enseñarnos a vivir en paz con nosotros mismos, para que podamos realizar nuestro destino con un corazón satisfecho.
A lo largo de la historia, hemos aprendido a obedecer reglas, leyes y aún mandamientos… pero pocos sabemos vivir en paz, con alegría y con amor, cumpliendo con la facultad que nos fue concedida.
“El don de la estrella palpita en nuestro interior” pero, para ver brillar la luz cuando el cielo está lleno de nubarrones, es necesario tener confianza en nosotros mismos y fe en los demás.
Estas reflexiones, son solo una colección de palabras llamada Credenda.
CREDENDA es una palabra latina para designar materia de fe o doctrinas que deben creerse. Viene de su verbo credere, que significa confiar o creer.
Credenda suena extraña … y mágica. Lo mágico está dentro de nosotros… dentro de todos los seres humanos.
"CREDENDA es una llave que deja salir lo mejor de cada uno de nosotros con tal de que llevemos sus palabras en el corazón"
Enjúgate las lágrimas del fracaso, del infortunio. Pon a un lado tu onerosa carga y descansa hasta que tu corazón haya recuperado la calma.
Consérvate en paz. Es más tarde de lo que piensas, pues tu vida terrena, en el mejor de los casos, no es más que un parpadeo entre dos eternidades.
Desecha todo temor. Nada puede dañarte aquí. Sólo tú mismo. Haz aquello que temes y aprecia con orgullo esas victorias.
Concentra tu energía. Estar en todas partes es tanto como no estar en ninguna. Sé celoso de tu tiempo, porque es tu mayor tesoro.
Recapacita sobre tus metas. Antes de permitir que tu corazón se aficione demasiado a algo, examina la felicidad de que gozan los que ya tienen lo que tú deseas.
Ama a tu familia y ten muy presente la ventura. Piensa con cuanto afán la buscarías si no la poseyeras.
Haz a un lado tus sueños imposibles y lleva a cabo la tarea que tienes a tu alcance, por desagradable que sea. Todos los grandes éxitos resultan de trabajar y saber esperar.
Sé paciente. Los retrasos de Dios no son negativas.
Espera. Mantente firme. Ten presente que tu tesoro siempre está cerca. Lo que siembres, bueno o malo, eso será lo que coseches.
Nunca culpes a los demás por tu situación. Eres lo que eres por decisión tuya eso es todo.
Aprende a vivir en una pobreza honrada si así debe ser, y ocúpate en cosas más importantes que en llevarte oro a la tumba.
Nada de hacer concesiones a la dificultad. La ansiedad es la herrumbre de la vida y cuando agregas las cargas de mañana a las de hoy, su peso resulta intolerable.
Aléjate de la compañía del quejumbroso y da más bien gracias por tus derrotas. No las sufrirías si no las necesitaras.
Aprende siempre de los demás. El que se enseña a sí mismo, tiene por maestro a un necio.
Sé cuidadoso. No graves tu conciencia. Lleva tu vida como si tuvieras que pasarla en una palestra llena de gente chismosa.
Evita la fanfarronería. Si ves en ti algo que te hincha de orgullo, obsérvate de cerca y encontrarás materia más que suficiente para humillarte.
Sé sensato. Date cuenta de que no todos los hombres han sido creados iguales, porque no hay igualdad en la naturaleza. Sin embargo, jamás ha nacido un hombre cuyo trabajo no haya nacido con él.
Trabaja cada día como si fuera el primero, pero trata con ternura las vidas que tocas, como si todas debieran acabarse a medianoche. Ama a todos, incluso a los que te repudian, el odio es un lujo que no puedes permitirte.
Busca a los menesterosos. Aprende que el que da con una mano recogerá siempre con las dos.
Consérvate en buen estado de ánimo. Por encima de todo recuerda que se necesita muy poco para llevar una vida feliz.
Mira hacia arriba. Camina siempre adelante.
Aférrate a Dios con sencillez y recorre en silencio tu sendero hacia la eternidad, con caridad y con una sonrisa. Cuando partas, todos dirán que tu legado fue dejar un mundo mejor...
Og Mandino
"El Don de la Estrella"
Profesión de fé...
Sí, sí, por lastimado y jodido que uno esté, siempre puede uno encontrar contemporáneos en cualquier lugar del tiempo y compatriotas en cualquier lugar del mundo. Y cada vez que eso ocurre, y mientras eso dura, uno tiene la suerte de sentir que es algo en la infinita soledad del universo: algo más que una ridícula mota de polvo, algo más que un fugaz momentito...
Eduardo Galeano
Fuente: Blogger:azules.blogspot.com

Siempre en los momentos retomo esta vitamina para el alma y el espíritu.
ResponderEliminarmomentos dificiles.
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